Platón (en griego: Πλάτων ) (ca. 428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) fue un filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro
de Aristóteles. Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda
la historia de la filosofía, de la que
se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus
trabajos. Alfred North Whitehead llegó a
comentar:
La caracterización general más
segura de la tradición filosófica europea es que consiste en una serie de notas
al pie a Platón.
Alfred North Whitehead, Process and Reality, 1929
Entre sus obras más
importantes se cuentan: la República (en griego Πολιτεια, politeia, "forma de gobernar -
ciudad"), en la cual elabora la filosofía política de un estado ideal; el Fedro, en el que desarrolla una compleja e influyente teoría
psicológica; el Timeo, un influyente ensayo de cosmogonía, cosmología racional, física y escatología, influido por las matemáticas pitagóricas; y el Teeteto, el primer estudio conocido
sobre filosofía de la ciencia.
Fue fundador de la Academia de Atenas, donde
estudió Aristóteles. Participó activamente en la enseñanza de la Academia y
escribió sobre diversos temas filosóficos, especialmente los que trataban de la
política, ética, metafísica, antropología y epistemología. El conjunto de las obras más famosas de Platón se han denominado Diálogos, debido a su estructura
dramática de debate entre interlocutores, si bien varios epigramas y cartas
suyos también han perdurado.
Obra
Todas las obras de Platón, con
la excepción de las Cartas y de la Apología están escritas –como la mayor parte
de los escritos filosóficos de la época- no como poemas pedagógicos o tratados,
sino en forma de Diálogos; e incluso la Apología contiene esporádicos pasajes
dialogados. En ellos sitúa Platón a una figura principal, la mayor parte de las
veces Sócrates, que desarrolla debates filosóficos con distintos
interlocutores, que mediante métodos como el comentario indirecto, los excursos
o el relato mitológico, así como la conversación entre ellos, se relevan,
completan o entretejen; también se emplean monólogos de cierta extensión.
La obra escrita en diálogos
puede dividirse en cuatro etapas:
- Primeros diálogos o diálogos socráticos o de juventud. Se caracterizan por sus preocupaciones éticas. Están plenamente
influidos por Sócrates. Las más destacadas son: Apología, Ion, Critón, Protágoras, Laques, Trasímaco, Lisis, Cármides y Eutifrón.
- Época de transición. Esta fase se
caracteriza también por cuestiones políticas, además, aparece un primer
esbozo de la Teoría de la reminiscencia y trata sobre la filosofía del lenguaje. Destacan: Gorgias, Menón, Eutidemo, Hipias Menor, Crátilo, Hipias
Mayor y Menexeno.
- Época de madurez o diálogos críticos.
Platón introduce explícitamente la Teoría de las Ideas recién
en esta fase y desarrolla con más detalle la de la reminiscencia.
Igualmente se trata de distintos mitos. Destacan: Banquete - también conocido como Simposio, Fedón, República y Fedro.
- Diálogo de vejez o diálogos críticos. En
esta fase revisa sus ideas anteriores e introduce temas sobre la
naturaleza y la medicina. Destacan: Teeteto, Parménides, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias, Leyes y Epínomis.
Los personajes de los diálogos
son generalmente personajes históricos, como Sócrates, Parménides de Elea, Gorgias o Fedón de
Elis, aunque a veces también aparecen algunos de los que no se tiene ningún
registro histórico aparte del testimonio platónico. Cabe destacar, además, que
si bien en muchos diálogos aparecen discípulos de Sócrates, Platón no aparece
nunca como personaje. Solamente es nombrado en Apología de Sócrates y en Fedón, pero nunca
aparece discutiendo con su maestro ni con ningún otro.
En la actualidad se cree que
Platón escribió cuarenta y dos diálogos, recopilados por sus discípulos y otros
escritores contemporáneos (que también escribieron sobre él). Además de los
diálogos, se conservan algunas cartas que Platón, supuestamente, escribió en
sus años de vejez. Si bien el carácter de algunas de ellas es apócrifo, otras,
como la Carta
Séptima, son consideradas auténticas y resultan muy importantes para
reconstruir parte de la vida y el pensamiento ulterior de Platón.
Su teoría más conocida es la
de las Ideas o Formas. En ella se sostiene que todos los entes del mundo
sensible son imperfectos y deficientes, y participan de otros entes, perfectos
y autónomos (Ideas) de carácter ontológico muy superior y de los cuales son
pálida copia, que no son perceptibles mediante los sentidos. Cada Idea es única
e inmutable, mientras que, las cosas del mundo sensible son múltiples y
cambiantes. La contraposición entre la realidad y el conocimiento es descrita
por Platón en el célebre mito de la caverna, en La
República. Para Platón, la única forma de acceder a la realidad inteligible
era mediante la razón y el entendimiento; el papel de los sentidos queda
relegado y se considera engañoso.
Es importante resaltar que la
dicotomía entre un mundo inteligible y otro mundo sensible es más bien un
recurso pedagógico que suele usarse para ilustrar la diferencia ontológica entre los entes inteligibles y los sensibles. En el Timeo menciona
también lo que ahora conocemos como los sólidos platónicos.
Filosofía
Teología
Es posible que el pensamiento
platónico tuviese una amplia gama de elementos teológicos o religiosos. Estos
elementos podrían ser la base de sus planteamientos ontológicos, gnoseológicos,
políticos y epistemológicos. Incluso, en el diálogo Timeo Platón presenta una teoría cosmogónica y religiosa.
Esta religión fue seguramente
adoptada de Sócrates y debe tener relación con el juicio (debido a que en la exposición de
motivos al castigo se encuentran el corromper a la juventud y la asebeia -traer nuevos dioses y negar
los ya existentes-). Probablemente contenía elementos monoteistas (presentes en la "Verdad" máxima o el "Bien" máximo
que se encuentra en sus teorías ontológicas y políticas) y órficos (debido a
la reencarnación del alma).
Las teorías teológicas de
Platón posiblemente eran esotéricas (secretas). Incluso en la Carta VII Platón
afirma:
"No hay ni habrá nunca
una obra mía que trate estos temas [...] Cualquier persona seria se guardaría
mucho de confiar por escrito cuestiones serias, exponiéndolas a la malevolencia
de la gente" (341c). Estos comentarios de Platón hacen pensar que
aquello que dejó en escrito no es, para él, suficientemente "serio".
Según confesiones de Aristóteles en Sobre el bien, el estarigita no tenía
acceso a estas doctrinas, a diferencia de Epeusipo y Jenócrates -lo cual daría
una idea de porqué Aristóteles no adoptó la Academia.
Ontología y
Gnoseología
El platonismo ha sido
interpretado tradicionalmente como una forma de dualismo metafísico, a veces
referido como realismo platónico o exagerado. De acuerdo a esto, la metafísica
de Platón divide al mundo en dos distintos aspectos; el mundo inteligible —el mundo
del auténtico ser—, y el mundo que vemos alrededor nuestro en forma perceptiva —el mundo
de la mera apariencia—. El mundo perceptible consiste en una copia de las
formas inteligibles o Ideas. Estas formas no cambian y sólo son comprensibles a
través del intelecto o entendimiento – es decir, la capacidad de pensar las
cosas abstrayéndolas de como se nos dan a los sentidos. En los Libros VI y VII
de la República, Platón utiliza diversas metáforas para explicar sus ideas
metafísicas y epistemológicas:las metáforas del sol, la muy conocida
"alegoría de la caverna" y, la más explícita, la de la línea
dividida.
En su conjunto, estas
metáforas transmiten teorías complejas y difíciles; está, por ejemplo, la Idea
del Bien, a la que tiene como principio de todo ser y de todo conocer. La Idea de
Bien realiza esto en la manera similar que el sol emana luz y permite la
visión de las cosas y la generación de éstas en el mundo perceptivo (ver la
alegoría del sol).
En el mundo perceptivo, las
cosas que vemos a nuestro alrededor no son sino una ligera resemblanza con las
formas más reales y fundamentales que representa el mundo inteligible de Platón.
Es como si viéramos una sombra de las cosas, sin ver las cosas mismas; estas
sombras son una representación de la realidad, pero no la realidad misma (ver mito de la caverna en "La
República", libro VII).
A pesar de muchas críticas
sobre su supuesto 'dualismo', Platón se refiere a un único universo. A
modo pedagógico desdobla el universo en dos y, como quien saca una foto de un
paisaje, describe una realidad compleja en dos dimensiones: su línea donde
asienta la parte del universo que el ser humano puede percibir por los sentidos
y la parte del universo que actúa como causa del anterior y que el ser humano
puede aprender por medio de la hipótesis de la hipótesis superior. Así, quien
mira el paisaje se dará cuenta que es imposible que el paisaje 'sea' meramente
lo que la fotografía muestra.
En el primer segmento de esta
línea asienta los objetos que son perceptibles por los sentidos y a la vez los
divide en dos clases y refiere para cada tipo de objeto una forma (u operación)
en que el alma conoce estos objetos. La primera son las imágenes o sombras que
se desprenden de los objetos físicos imágenes de las que se puede obtener un
conocimiento casi nulo, por tanto, el ser humano imagina qué pueden ser
estas sombras. En la segunda división de este primer segmento asienta a los
objetos físicos que tienen una doble papel, son generados por lo que llamará
seres inteligibles inferiores y superiores a la vez que con otros elementos
(i.e. la luz) generan las sombras. A estos corresponde la operación de la creencia
porque al estar en constante cambio por estar sujetos al tiempo y al espacio
nunca 'son'.
En el segundo segmento de la
línea Platón asienta los objetos que sin poderse percibir por los sentidos son
percibidos por el alma y son los generadores de los que se encontraban en el
primer segmento de la línea y también la divide en dos. En la primera parte de
este segundo segmento asienta los seres inteligibles inferiores, los principios
matemáticos y geométricos. Estos entes todavía guardan algún tipo de relación
con la parte del universo sensible porque se los puede representar (i.e. un
cuadrado, el número 4, lo impar respecto de lo par, etc.); la operación que
realiza el alma para aprehender estos conceptos es el entendimiento. En
la última parte, asienta los seres inteligibles superiores, aquellas ideas que
solo pueden ser definidas por otras y que de ninguna manera pueden ser
representadas para la percepción sensorial (i.e. la justicia, la virtud, el
valor, etc.); para comprenderlos el alma se dispone hacia ellos utilizando la inteligencia.
Así para la primera sección
Platón entendió que la imaginación y la creencia, es decir, la
mera descripción de lo que se percibe, puede dar como resultado una opinión.
Sin embargo el entendimiento y la inteligencia son para Platón
aquellas operaciones de las que se obtiene el conocimiento.
La metafísica de Platón, y
particularmente el dualismo entre lo inteligible y lo perceptivo, inspiró posteriormente
a los pensadores Neoplatónicos, tales como Plotino, Porfirio y Proclo, y a otros
realistas metafísicos. Padres del cristianismo, como Agustín de Hipona, y el así
llamado Pseudo Dionisio también fueron muy influenciados por su filosofía.
Si bien las interpretaciones
de las escrituras de Platón (particularmente la "República") han
tenido una inmensa popularidad en la larga historia de la filosofía occidental,
también es posible interpretar sus ideas en una forma más conservadora que
favorece la lectura desde un punto de vista epistemológico más que metafísico
como sería el caso de la metáfora de la Cueva y la Línea Dividida (ahora bien,
también hay autores importantes que hablan de la necesidad de realizar una
interpretación fenomenológica sobre Platón para lograr ver al autor más allá de
las capas históricas que lo incubren debido a sus otras interpretaciones menos
afortunadas). Existen obvios paralelos entre la alegoría de la Cueva y la vida
del maestro de Platón, Sócrates, quien fue ejecutado en su intención de abrir
los ojos a los atenienses. Este ejemplo revela la dramática complejidad que
frecuentemente se encuentra bajo la superficie de los escritos de Platón (no
hay que olvidar que en la República, quien narra la historia es Sócrates).
Epistemología
Las opiniones de Platón
también tuvieron mucha influencia en la naturaleza del conocimiento y la
enseñanza las cuales propuso en el Menón, el cual
comienza con la pregunta acerca de si la virtud puede ser enseñada y procede a
exponer los conceptos de la memoria y el aprendizaje como un descubrimiento de
conocimientos previos y opiniones correctas que son correctas pero no tienen
una clara justificación.
Platón afirmaba que el
conocimiento estaba basado esencialmente en creencias verdaderas justificadas;
una creencia influyente que llevó al desarrollo más adelante de la
epistemología. En el Teeteto, Platón distingue entre la creencia y el
conocimiento por medio de la justificación. Muchos años después. Edmund Gettier
demostraría los problemas de las creencias verdaderas justificadas en el
contexto del conocimiento.
Filosofía
política: el Estado ideal
Las ideas filosóficas de
Platón tuvieron muchas implicaciones sociales, particularmente en cuanto al
estado o gobierno ideal. Hay discrepancias entre sus ideas iniciales y las que
expuso posteriormente. Algunas de sus más famosas doctrinas están expuestas en
la República. Sin embargo, con los estudios filológicos modernos se ha llegado
a implicar que sus diálogos tardíos (Político y Las Leyes) presentan una fuerte
crítica ante sus consideraciones previas, esta crítica surgirá a raíz de la
enorme decepción de Platón con sus ideas y a la depresión mostrada en la Carta VII.
Para Platón lo más importante
en la ciudad y en el hombre sería la Justicia. Por tanto su Estado estará
basado en una necesidad ética de justicia. La justicia se conseguirá a partir
de la armonía entre las clases sociales y, para los individuos, en las partes
del alma de cada uno.
Platón decía que las
sociedades debieran tener una estructura tripartita de clases la cual respondía
a una estructura según el apetito, espíritu y razón del alma de cada individuo:
- Artesanos o labradores – Los trabajadores correspondían a la parte
de “apetito” del alma.
- Guerreros o guardianes – Los guerreros aventureros, fuertes,
valientes y que formaban el “espíritu” del alma.
- Gobernantes o filósofos – Aquellos que eran inteligentes,
racionales, apropiados para tomar decisiones para la comunidad. Estos
formaban la “razón” del alma.
De acuerdo con este modelo,
los principios de la democracia ateniense, como existía en aquella época, eran
rechazados en esta idea y muy pocos estaban en capacidad de gobernar. Este
desprecio a la democracia podría deberse a su rechazo frente al juicio a
Sócrates. En lugar de retórica y persuasión, Platón dice que la razón y la
sabiduría (episteme) son las que deben gobernar. Esto no equivale a
tiranía, despotismo u oligarquía. Como Platón decía:
Hasta que los filósofos
gobiernen como reyes o, aquellos que ahora son llamados reyes y los dirigentes
o líderes, puedan filosofar debidamente, es decir, hasta tanto el poder
político y el filosófico concuerden, mientras que las diferentes naturalezas
busquen solo uno solo de estos poderes exclusivamente, las ciudades no tendrán
paz, ni tampoco la raza humana en general.
Platón describe a estos “reyes
filósofos” como aquellos que “aman ver la verdad esté donde esté con los medios
que se disponen” y soporta su idea con la analogía de un capitán y su navío o
un médico y su medicina. Navegar y curar no son prácticas que todo el mundo
esté calificado para hacerlas por naturaleza. Gran parte de La República está
dedicada a indicar el proceso educacional necesario para producir estos
“filósofos reyes”, de hecho el Estado ideal platónico será en gran medida un
ente dedicado a la educación.
Se debe mencionar, sin
embargo, que la idea de la ciudad que se describe en La República la califica
Platón como una ciudad ideal, la cual se examina para determinar la forma como
la injusticia y la justicia se desarrollan en una ciudad. De acuerdo a Platón,
la ciudad “verdadera” y “sana” es la que se describe en el libro II de La
República, que contiene trabajadores, pero no tiene los reyes-filósofos, ni
poetas ni guerreros.
En todo caso, para Platón el
Estado ideal (Monarquía) devendrá en una corrupción triste pero necesaria. Así
establece Platón las categorías de los diferentes estados en un orden de mejor
a peor:
- Aristocracia
- Timocracia
- Oligarquía
- Democracia
- Tiranía
La aristocracia o monarquía
corresponde al Estado ideal con su división de clases tripartita
(Filósofos-Guardianes-Trabajadores).
Cosmología
Es presentada principalmente
en el Timeo, si bien hay elementos cosmológicos en otros textos (por
ejemplo, en el Fedón y, de modo más particular, en las Leyes). La
introducción al Timeo da a entender que la presentación no garantiza
exactitud, lo cual muestra el reconocimiento de Platón de la debilidad propia
de los saberes orientados al mundo sensible y alcanzables a través de nuestras
sensaciones.
Influencia
posterior
Respecto a la influencia
histórica de Platón no es difícil exagerar sus logros. El trabajo platónico
siembra las semillas de la filosofía, política, psicología, ética, estética o epistemología. Al abarcar esta materia hay que considerar también a su alumno, Aristóteles, que postula los inicios de la lógica y la ciencia moderna.
La teoría política de Cicerón tiene a
Platón como referencia. Diversos autores cristianos encontraron gran afinidad
entre el pensamiento de Platón e ideas de la nueva fe, lo que les sirvió para
articular éstas filosóficamente, como por ejemplo es el caso de San Agustín.
Sin embargo, pese a que su
influencia sea enorme no por ello ha sido considerada siempre positiva. Karl Popper criticaba a Platón por ser el precursor ideológico de los
totalitarismos. Pero, definitivamente, odiado o amado, Platón es hasta la fecha
un punto de partida para las ciencias y la filosofía de las ciencias. Cada
época ha interpretado con sus propios valores su obra -no muy diferente a lo
sucedido con Roma, Aristóteles o tantos otros autores. Platón propone el comunismo (no
confundir con el comunismo marxista) y la monarquía, pero a su vez terminó defendiendo las leyes como sistema de gobierno
-más como sometimiento a las circunstancias que por una verdadera preferencia.
Igualmente, es quizás el primero en defender la igualdad entre los sexos, a
diferencia de su discípulo Aristóteles.
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