Mahatma Gandhi
(Mohandas
Karamchand Gandhi; Porbandar, 1869 - Delhi, 1948) Pensador y líder del
nacionalismo indio. Es la personalidad indígena más relevante de la historia
india contemporánea. Domina la escena política y social de la India durante la primera
mitad del siglo XX. Valioso legado de su actividad encaminada al bien de sus
compatriotas y a la independencia de su país en el marco de una extraordinaria
concepción filantrópica y humanitaria, ha quedado la obra titulada por él Historia de mis experiencias con la
verdad (que en su primera
redacción data de unos veinte años antes de su muerte), una mole ingente y
varia de artículos publicados en revistas y periódicos, numerosos discursos
oficiales pronunciados en la India y en Inglaterra y las abundantes alocuciones
de carácter familiar y paternal dirigidas al pueblo y cuyo vivo y religioso
recuerdo se mantiene todavía.
Pasó la infancia
en un ambiente familiar ordenado y recogido que dejó en él una huella
indeleble. Su padre era funcionario estatal de grado elevado y su madre
conservaba una fe religiosa apasionada y operante que se remontaba a las
antiguas y sagradas tradiciones brahmánicas e hindúes. Después de haber seguido
en su patria un curso regular de estudios y cuando tenía cerca de veinte años,
mantuvo durante tres años un primer contacto directo con la cultura occidental,
viviendo en Londres, donde esperaba perfeccionarse en los estudios jurídicos.
Regresó después a
la India; pero no permaneció allí mucho tiempo. Los ideales que guiaron toda su
vida y que se identifican con un ardiente amor a la India (cuya antigua
civilización y algunas épocas gloriosas de su historia trimilenaria se le
aparecían como firmes bases para la deseada unión nacional) y una necesidad
innata de llevar a cabo la difícil misión con un espíritu de amor y caridad
hacia la humanidad entera, comienzan a revelarse públicamente con el generoso
impulso con que Gandhi -habiéndose trasladado en 1893 al África meridional- se
dedicó a realizar la obra de redención y de elevación moral y social de muchos
millares de indios allí residentes.
Numerosas y
variadas fueron sus iniciativas humanitarias; instituyó colonias agrícolas y
hospitales, y, sobre todo desde entonces, trató de eliminar las castas y
religiones que dividían a su pueblo. En sus relaciones y en sus inevitables
choques con las autoridades gubernativas de Sudáfrica inauguró un método de
lucha, o mejor de resistencia que mantenía el respeto a la persona humana y
evitaba la revuelta armada; y ya en África, en 1906, puso en práctica el
"satyagraha" ("obstinación por la verdad"), conocido en
Occidente con el nombre de "resistencia pasiva".
Regresó a finales
de 1914 a la India, donde llevó una vida retirada hasta 1918, término de la
primera Guerra Mundial. A partir de este año, Gandhi fue prácticamente el jefe
del movimiento nacionalista. Su bandera, al principio la simple
"autonomía", que toma su base de la "autonomía económica" a
la que se llega mediante la "no colaboración" y después con la "desobediencia
civil", pasa a ser en fin el símbolo de la "independencia
nacional" ("svaraj").
1920 señala una
fecha importante en la vida de Gandhi, porque fue precisamente en este año, en
ocasión de la sesión extraordinaria del Congreso Nacional Indio en Calcuta y en
la ordinaria celebrada poco después en Nagpur, cuando Gandhi obtuvo un gran
éxito personal, por cuanto en la primera fue aprobada y en la segunda
ratificada la puesta en práctica de una gradual resistencia pasiva, deseada y
ardientemente propugnada por Gandhi.
Se convierte entonces
en primerísima figura, no sólo en el seno del Congreso, sino en toda la India;
y a este año se remonta el título de "Mahatma", que el mismo pueblo
le confirió en un impulso espontáneo de entusiasmo y de devoción; y dicho
apelativo, que significa literalmente "el magnánimo" y alude a sus
dotes de "profeta" y de "santo" que las masas le
reconocían, lo glorifica y lo señala para la posteridad.
Los períodos
sucesivos de la vida de Gandhi muestran una ininterrumpida serie de episodios
durante los cuales continuó su actividad política, con pausas más o menos
largas pasadas en duras prisiones. De 1930 es una vigorosa llamada directa al
pueblo, redactada por entero por Gandhi y sancionada por el Congreso; llamada
en la que se siente vibrar toda la pasión y todo el amor de Gandhi por su
tierra madre y su anhelo por liberarla de la dominación extranjera. De aquel
mismo año es su valerosa actuación contra las leyes del monopolio de la sal y
su memorable marcha de tres semanas, osada y simbólica al mismo tiempo, realizada
en medio del entusiasmo irrefrenable de las muchedumbres a lo largo del
recorrido que separa la ciudad de Ahmedabad de la pequeña localidad costera de
Dandi.
A finales de 1931
participa en Londres en la segunda conferencia de la Mesa Redonda. Pero la
conferencia marcó un fracaso para la causa india. Vuelto a su patria, Gandhi
vivió durante algunos años apartado de la política oficial; pero dedicado a su
apasionada atención a los problemas sociales, especialmente al concerniente a
los "intocables". Reapareció en la escena política en 1940, durante
la segunda Guerra Mundial, y con indómita constancia, continuó luchando
-siempre inerme- por aquellos ideales de cuya fe nunca se apartó; y así mantuvo
una esperanza inquebrantable hasta el día de su sacrificio.
Gandhi ha sido jefe
y maestro de su pueblo y lo ha guiado a la consecución de la meta que había
soñado ardientemente. Gandhi vio la India independiente, aunque no se haya
verificado su deseo de fundir hindúes y musulmanes en unitaria convivencia. Y, ciertamente,
ello constituyó una espina, a la que se añadieron las amargas desilusiones y
dolores por las violencias y los estragos que acompañaron al nacimiento de la
Unión India y del Pakistán.
Extraordinaria
figura de asceta indio, Gandhi no pasó su existencia en el tradicional
eremitorio solitario, sino que fue impulsado por su infinito amor a su tierra
madre y a sus hermanos a vivir -excepto algunos breves paréntesis- en medio del
mundo y a practicar sus virtudes ascéticas, aun permaneciendo en contacto con
gobernantes y métodos políticos del pleno siglo XX. El amor
("ahimsa") fue su arma política, y se nos aparece totalmente dominado
por aquel sentimiento de bondad y de afectuosa dulzura que es la nota dominante
del Visnuísmo.
Sus repetidos y
dolorosos ayunos (realizó dieciséis, el último de ellos pocos días antes de su
fin en un intento de conseguir la paz religiosa de toda la India) eran la
prueba de una completa entrega a su causa y consiguieron la devoción de las
masas; su palabra apasionada las entusiasmaba, sus plegarias y sus invocaciones
al dios Raro, recitadas en público, conmovían y arrebataban al auditorio. Actuó
políticamente siguiendo medios que estaban en neto contraste con la práctica
dominante, consideró despreciable el principio según el cual el fin justifica
los medios, principio que muchos siglos antes, un maestro indio de política,
Kautilya, había exaltado y puesto en práctica con un realismo sin escrúpulos.
Pero el método,
diríamos evangélico, predicado y realizado por Gandhi consiguió el deseado
triunfo. El desconsolado anuncio hecho a las gentes de que el padre
("bap") había muerto, el dolor del pueblo impresionado por la noticia
del trágico fin, la consagración de sus cenizas, sumergidas religiosamente en
numerosos ríos sagrados del inmenso país, revelaron al mundo que la India había
perdido a su más grande santo de la Edad Moderna.
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