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martes, 18 de marzo de 2014

LA EVOLUCIÓN DE LAS SOCIEDADES

LA EVOLUCIÓN DE LAS SOCIEDADES


Podemos afirmar que el mundo no ha sido siempre como es ahora. Desde el punto de vista de las sociedades humanas existe lo que podríamos llamar un proceso evolutivo que conduce desde las formas sociales primitivas hasta las sociedades postindustriales del presente. Esto no significa que todas las sociedades hayan evolucionado ni en el mismo tiempo ni en la misma dirección. De hecho, pueden todavía hoy encontrarse, si bien de modo casi residual, sociedades humanas típicamente primitivas en África o en Sudamérica. Sin embargo, la mayor parte de las sociedades humanas han seguido una línea de desarrollo que ha conducido a nuestro mundo presente.
A lo largo de este tema pretendemos exponer de forma elemental cuáles han sido las principales formas de organización social que han constituido este proceso evolutivo. La distinción principal la estableceremos entre las sociedades que podemos llamar “premodernas” y las que podemos considerar propias del mundo “moderno”. A su vez, dentro de cada uno de estos dos grandes bloques, estableceremos las distinciones correspondientes


1. LAS SOCIEDADES PREMODERNAS

Podemos hablar de tres tipos de sociedades premodernas: cazadores y recolectores, sociedades agrarias y pastoriles y, por último, los estados tradicionales.

1.1. Sociedades de cazadores y recolectores
            Es la forma en que han vivido los hombres a lo largo de la mayor parte de su existencia sobre la tierra. Se trata de grupos o tribus de treinta o cuarenta personas como máximo. Caza, pesca y recolección de plantas salvajes comestibles son sus actividades básicas. Estos grupos de desplazan continuamente. Al no poseer animales domésticos que faciliten el transporte, sus bienes o posesiones son escasos y se limitan a armas, herramientas ligeras y útiles para la cocina. Al no existir apenas posesiones tampoco existen diferencias de rango entre los individuos salvo las que tienen que ver con la edad y el sexo. Los hombres se ocupan de la caza y las mujeres a la recolección, la cocina y el cuidado de los niños. La caza se realiza de modo colectivo y se comparten las piezas cazadas con el resto del grupo. Son sociedades participativas en las que las decisiones se toman colectivamente. Sus migraciones tienen lugar en territorios fijos. Los miembros de estas sociedades cambian a menudo de grupo. Son sociedades escasamente belicosas y desconocen la guerra, al menos en los términos en que hoy se entiende este concepto.


1.2.- Sociedades agrarias y pastoriles
            Cuando hace unos veinte mil años las sociedades de cazadores comenzaron a criar animales domésticos y a cultivar trozos fijos de terreno para su supervivencia, surgió un nuevo tipo de sociedad. Hablamos de sociedad agraria o sociedad pastoril según predomine en ella la ganadería doméstica o la siembra de cosechas como forma básica de supervivencia. Existen algunas diferencias entre ambas sociedades.
            Las sociedades pastoriles suelen realizar migraciones estacionales. Debido a esta movilidad, no suelen acumular posesiones materiales cuantiosas. Al poseer una fuente regular de alimento, estas sociedades pueden ser más numerosas que las de los cazadores y pueden llegar a alcanzar hasta doscientos cincuenta mil miembros.
            Por otra parte, en estas sociedades ya empiezan a existir diferencias apreciables y desigualdades de riqueza y poder entre sus miembros, de modo que los jefes de las tribus ejercen un fuerte poder personal. También aparecen ya las guerras entre distintas tribus.
            Las sociedades agrarias surgieron al mismo tiempo que las pastoriles. La práctica de la horticultura, es decir, el cultivo de pequeñas parcelas para la supervivencia, es el origen de estas sociedades. Al poseer una fuente fija de alimentos, son comunidades más numerosas que las de los recolectores. Además su sedentarismo les permite una acumulación de posesiones y por tanto, una mayor diferenciación entre los individuos. Hay en ellas comportamientos guerreros pero mucho menos acentuados que en el caso de los pastores.

1.3.- Estados tradicionales
            Con posterioridad a las sociedades que acabamos de describir, surgen a partir del 6000 a.C. un tipo de sociedades mucho más amplias y cuyas características más sobresalientes son:
            - Están basadas en el desarrollo de ciudades
            - Presentan desigualdades de riqueza y poder muy pronunciadas.
            - Están asociadas con la ley de reyes o emperadores.
            - La mayoría de estos estados alcanzaron sus enormes dimensiones como resultado de la conquista y anexión de otros pueblos y convirtiéndose así en imperios.
            - Los estados tradicionales más notorios son el imperio chino, el imperio romano, los incas y los mayas.
            En estos estados existe un sistema de división del trabajo más complicado que en las sociedades anteriores. Especialmente entre los hombres, existen una serie de tareas especializadas como las de mercader, cortesano, administrador o soldado.
Existe también una división de clases entre los grupos aristocráticos y el resto de la población. Las diferencias entre el modo de vida de estas dos clases son enormes. El lujo y el confort de unos contrastan con la pobreza extrema de los otros.
            Los estados tradicionales dieron lugar a la aparición de ejércitos profesionales y una incipiente mecanización de la guerra, con armas y equipos que producían un número de bajas en las guerras muy superior al que se había conocido hasta entonces.


2. LAS SOCIEDADES DEL MUNDO MODERNO

            Es un hecho constatable que los estados tradicionales han desaparecido por completo en nuestro tiempo. La razón de esta desaparición puede encontrarse en la industrialización, la producción mecánica de bienes. Esta industrialización da lugar a un nuevo tipo de sociedades: las sociedades industrializadas.
            Estas sociedades tienen su origen en la Inglaterra del siglo XVIII como consecuencia de la revolución industrial que allí se inició. En estas sociedades la mayoría de la población trabaja en fábricas y oficinas. Además, la mayoría de la población vive en núcleos urbanos en los que se encuentran oportunidades de empleo pero que imponen un modo de vida anónimo e impersonal. El transporte y las comunicaciones se aceleran, permitiendo  así la formación de una comunidad nacional integrada, con fronteras delimitadas y leyes unitarias que dan lugar a los llamados estados nacionales. El desarrollo tecnológico afecta por supuesto al terreno militar dando lugar a ejércitos poderosos.
            Estos tres elementos, la fuerza económica, la cohesión política y el poder militar propiciaron la expansión de los modos de vida occidentales por todo el mundo a lo largo de los últimos siglos.
            Esta expansión de los países occidentales a lo largo del planeta dio lugar al fenómeno del colonialismo que, si bien extendió, como hemos visto, la forma de vida occidental, sin embargo, ha dado lugar a tres tipos de sociedades perfectamente diferenciadas y que podemos denominar sociedades del tercer mundo, del segundo y del primer mundo.

2.1.- Sociedades del primer mundo
            Son sociedades basadas en la producción industrial. En ellas juega un importante papel la libre empresa. La mayoría de la población vive en pueblos y ciudades y sólo una minoría se dedica a la agricultura. Existen grandes desigualdades de clase, aunque menos pronunciadas que en los estados tradicionales. Estas sociedades constituyen comunidades políticas o estados nacionales independientes. Los países industrializados del primer mundo incluyen las naciones de “occidente”, además de Japón, Australia y Nueva Zelanda.

2.2.- Sociedades del segundo mundo
            Tras la revolución rusa de 1917 surgieron un tipo de sociedades que hoy día prácticamente han desaparecido, si bien aún queda China y algún otro país más o menos aislado como Cuba o Corea del Norte y que responden a una forma de organización que podemos llamar del segundo mundo. Las más importantes fueron desapareciendo a lo largo de las últimas décadas del siglo veinte con la caída de la Unión Soviética y la consiguiente descomposición de los regímenes comunistas de sus países satélites. Estas sociedades poseen una base industrial pero con un sistema económico de planificación centralizada. Son sociedades urbanas con marcadas diferencias de clase, a pesar del teórico objetivo de establecer una sociedad sin clases. Al igual que las sociedades del primer mundo, estas sociedades están constituidas como estados nacionales independientes. 

2.3.- Sociedades del tercer mundo
            Estas sociedades están localizadas mayoritariamente en las áreas del planeta colonizadas por las potencias occidentales a lo largo de los tres últimos siglos. En ellas, la mayoría de la población trabaja en la agricultura y vive en áreas rurales y emplean básicamente métodos de producción tradicionales. Una parte de su producción agrícola se vende en los mercados mundiales. En estas sociedades se da la libre empresa, pero también hay muchas de ellas que se rigen por una planificación centralizada. Todas ellas constituyen hoy día estados nacionales independientes.

           

3. EL PRIMER Y EL TERCER MUNDO. UNA EXPLICACIÓN DE LAS DIFERENCIAS


            Al margen de las diferencias organizativas, está claro que la diferencia más notable entre el primer y el tercer mundo se encuentra en el plano de la riqueza y el poder. ¿Cómo pueden explicarse estas enormes diferencias? Vamos a analizar tres teorías que tratan de explicar el desarrollo de unas desigualdades tan enormes a lo largo de los últimos siglos: el imperialismo, la teoría de la dependencia y la teoría del sistema mundial.

3.1.- El imperialismo (Hobson)
            Hobson llama imperialismo al impulso de conquistar y someter a otros pueblos y cuya expresión más clara es el colonialismo. Este colonialismo, según Hobson, trata de encontrar nuevos mercados de inversión cuando la capacidad de producción desborda lo que puede venderse con beneficios en los mercados domésticos. Existe una lucha constante tanto por nuevos mercados en los que vender como por métodos para abaratar la producción encontrando fuentes de materias primas y mano de obra barata en otras partes del mundo. Este proceso contribuyó al desarrollo económico de los países occidentales al tiempo que empobreció a gran parte del resto del mundo, esquilmando los recursos de las regiones no industrializadas.
            Dentro de esta explicación puede integrarse la teoría del neoimperialismo como clave de interpretación del mundo actual. Según ella, si bien los grandes imperios han desaparecido y las colonias se han convertido en países independientes, los países occidentales siguen manteniendo el control mediante su posición económica dominante en el comercio mundial asegurándose el control de los términos en que se lleva a cabo el comercio mundial

3.2.- La teoría de la dependencia (Cardoso)
            La dependencia consiste en la necesidad que los países del tercer mundo tienen de vender su producción agrícola al mundo desarrollado. Los orígenes y naturaleza de la dependencia varían en virtud del modo en que cada país fue colonizado y por quién. Así, por ejemplo, en Sudamérica se desarrolló la producción agrícola del café, las bananas o el azúcar. La fuerte presencia de formas tradicionales de agricultura con la producción para la exportación, evitó el desarrollo de una moderna producción industrial. Esto retrasó enormemente a los países sudamericanos con respecto a Europa y Norteamérica y los convirtió en dependientes de estos. De este modo, la teoría concluye que los países ricos forman un centro metropolitano alrededor del cual se agrupan países satélites del tercer mundo cuyas economías dependen de las de los países más avanzados, mientras que ellas mismas se empobrecen cada vez más.

3.3.- La teoría del sistema mundial (Wallerstein)
            Según Wallerstein, a partir del siglo XVI se ha desarrollado lo que él denomina un “sistema mundial”, es decir, una serie de conexiones políticas y económicas que se extienden a través del mundo. Este sistema tiene como base lo que él llama una “economía capitalista mundial” que está constituida por los países del “núcleo”, la “semiperiferia”, la “periferia” y el “escenario externo”.
            El núcleo está constituido por los estados en los que surgió originariamente la empresa económica moderna y la industrialización. Gran Bretaña, los Países Bajos, Francia y Alemania son los primeros estados del núcleo aunque con posterioridad se le unieron Estados Unidos y Japón.
            La semiperiferia está constituida por las sociedades del sur de Europa alrededor del mediterráneo. Estos países estaban vinculados con los del núcleo por relaciones comerciales de dependencia y económicamente permanecieron estancados.
            La periferia la constituyeron los países orientales de Europa y su economía consistía básicamente en vender su producción agrícola a los países del núcleo.
            El escenario externo estaba formado por grandes zonas de Asia y África. Permanecían al margen de los vínculos comerciales establecidos por los países del núcleo. Posteriormente y como consecuencia del colonialismo, estas zonas fueron integradas en la economía mundial.

            Puesto que los países del núcleo dominan el sistema mundial, están en condiciones de organizar el comercio mundial de la manera más favorable para sus intereses, situándose así en una posición de dominio que les permite explotar los recursos de las sociedades del tercer mundo. Esta situación es la que provoca las enormes diferencias de riqueza entre las sociedades del primer y del tercer mundo. 

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